Seattle Sonics 100 - N.Y. Knicks 99
Hay una cosa que duele más que perder, y es hacerlo fallando un tiro libre decisivo. El pobre Marbury habrá soñado una y otra vez con la línea de personal, con el marcador 100-99, todo el Madison Square Garden expectante, con lo que se le pasó por la cabeza antes de tirar su segundo tiro y con el balón girando lentamente sobre el aro para acabar saliéndose burlón.No hubo tiempo para más. Así acabó un partido en el que los Knicks demostraron una vez más que el espíritu de lucha está dentro de ellos. Un encuentro más empezando mal y por debajo, pero en el que no tiraron la toalla en ningún momento. La falta de Crawford se nota, y mucho, pero es evidente que ha provocado un cambio, y no del todo malo.
Stephon se ha visto en la obligación de sacar su traje de Starbury de nuevo, como el héroe que toma el mando de la nave. Sin Jamal, él tiene el peso del la ofensiva de los Knicks, y sus números lo notan. Sería injusto culparle de la derrota del Martes porque sin él no habría existido tal derrota. Los Knicks se habrían encontrado por debajo del marcador hasta el final, acabando 10, 20 o más puntos por debajo, quién sabe. Si tuvo que tirar los dos últimos tiros fue porque tomó el peso del último ataque provocando la falta.
Curry es el que más afectado se está viendo por la baja de Crawford. Sin los buenos pases de éste, su visibilidad de juego y su baloncesto, la racha anotadora de Eddy ha bajado en picado. Los equipos que se enfrentan a los Knicks saben que si logran aplacar a Curry ya tienen medio trabajo hecho para ganar el partido. Por eso Marbury se ve en la obligación de ser él el que tire desde cualquier punto, el que se mueva, cree la jugada, penetre... y enceste.
Ahora sólo falta la vuelta de Lee y Robinson para tener al equipo disponible al completo y ver si los de Nueva York son capaces de hacer frente con esta nueva forma de juego a los partidos que les quedan y de meterse en playoffs.
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