Al final no pudo ser

N.Y. Knicks 94 - Boston Celtics 102


Podía haber sido peor, mucho peor. Después de una catastrófica primera mitad, los Celtics se iban al descanso con una ventaja de 20 puntos sobre los Knicks (37-57), algo que parecía casi insalvable viendo la manera en que los puntos de los de Boston se colaban por cualquier parte.

Se notaba la falta de Crawford, y mucho. Ahora New York ya sabía lo que era jugar sin él, y lo mucho que le echarán de menos el resto de partidos. Quentin Richardson, que ocupó el puesto de Jamal, anotó 24 puntos y Jared Jeffries, que salió como titular, encestó 17 puntos.

“Había una sensación diferente ahí fuera,” dijo Curry, que acabó con 16 points y 7 rebotes. “No sabes lo mucho que vas a echar de menos a alguien hasta que falta.”

Al menos hay una buena noticia: Steve Francis intentará entrenar el jueves y, si todo va bien, podrá jugar el viernes contra Golden State. David Lee también pone a punto su tobillo para el próximo partido.

En la segunda mitad los Knicks salieron con otra actitud. Richardson atacó más e hizo un bien tercer cuarto anotando 3 triples y 14 puntos en total. Los Celtics fallaron unos cuantos tiros y cometieron algunas faltas, lo que les ayudó a los de Nueva York a meterse de nuevo en el partido.

Incluso lograron ponerse por arriba con un triple de Marbury en el último cuarto (81-79). Quedando poco menos de 5 minutos para el final, el marcador reflejaba un 88-87 favorable para los Knicks, pero Boston supieron superar el bache gracias a un efectivo Gerald Green.

Nate Robinson tuvo que quedarse en New York enfermo, pero posiblemente esté listo para el partido del viernes.

Dentro de los Knicks son optimistas, a pesar de la derrota de ayer.

“Ahora que hemos jugado un partido, tenemos más claro cómo salir a jugar el próximo. Definitivamente, el juego ha cambiado sin Crawford.” dijo Marbury.


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